El Papa Francisco, al reflexionar sobre el amor y su relación con el conocimiento de la verdad en su encíclica Lumen Fidei, aseguró que "amor y verdad no se pueden separar".

El Santo Padre señaló que "si el amor necesita la verdad, también la verdad tiene necesidad del amor".

"Sin amor, la verdad se vuelve fría, impersonal, opresiva para la vida concreta de la persona. La verdad que buscamos, la que da sentido a nuestros pasos, nos ilumina cuando el amor nos toca".

Francisco indicó que "quien ama comprende que el amor es experiencia de verdad, que él mismo abre nuestros ojos para ver toda la realidad de modo nuevo, en unión con la persona amada".

Al recordar que que San Pablo afirmó que "con el corazón se cree", el Papa dijo que "en la Biblia el corazón es el centro del hombre, donde se entrelazan todas sus dimensiones: el cuerpo y el espíritu, la interioridad de la persona y su apertura al mundo y a los otros, el entendimiento, la voluntad, la afectividad".

"Pues bien, si el corazón es capaz de mantener unidas estas dimensiones es porque en él es donde nos abrimos a la verdad y al amor, y dejamos que nos toquen y nos transformen en lo más hondo".

El Santo Padre señaló que "la fe transforma toda la persona, precisamente porque la fe se abre al amor. Esta interacción de la fe con el amor nos permite comprender el tipo de conocimiento propio de la fe, su fuerza de convicción, su capacidad de iluminar nuestros pasos".

"La fe conoce por estar vinculada al amor, en cuanto el mismo amor trae una luz. La comprensión de la fe es la que nace cuando recibimos el gran amor de Dios que nos transforma interiormente y nos da ojos nuevos para ver la realidad".

El Papa advirtió que "el hombre moderno cree que la cuestión del amor tiene poco que ver con la verdad", pues "el amor se concibe hoy como una experiencia que pertenece al mundo de los sentimientos volubles y no a la verdad".

"Pero esta descripción del amor ¿es verdaderamente adecuada? En realidad, el amor no se puede reducir a un sentimiento que va y viene".

El amor, explicó, "tiene que ver ciertamente con nuestra afectividad, pero para abrirla a la persona amada e iniciar un camino, que consiste en salir del aislamiento del propio yo para encaminarse hacia la otra persona, para construir una relación duradera".

"El amor tiende a la unión con la persona amada", indicó el Papa, añadiendo que "así se puede ver en qué sentido el amor tiene necesidad de verdad".

"Sólo en cuanto está fundado en la verdad, el amor puede perdurar en el tiempo, superar la fugacidad del instante y permanecer firme para dar consistencia a un camino en común".

Francisco advirtió que "si el amor no tiene que ver con la verdad, está sujeto al vaivén de los sentimientos y no supera la prueba del tiempo. El amor verdadero, en cambio, unifica todos los elementos de la persona y se convierte en una luz nueva hacia una vida grande y plena".

"Sin verdad, el amor no puede ofrecer un vínculo sólido, no consigue llevar al 'yo' más allá de su aislamiento, ni librarlo de la fugacidad del instante para edificar la vida y dar fruto".

El Santo Padre indicó que "el conocimiento de la fe, por nacer del amor de Dios que establece la alianza, ilumina un camino en la historia. Por eso, en la Biblia, verdad y fidelidad van unidas, y el Dios verdadero es el Dios fiel, aquel que mantiene sus promesas y permite comprender su designio a lo largo del tiempo".

Francisco subrayó que "el conocimiento de la fe ilumina no sólo el camino particular de un pueblo, sino el decurso completo del mundo creado, desde su origen hasta su consumación".

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