La crisis que atraviesa la sociedad, “porque tiene al hombre por sujeto, es también un tema teológico”, afirmó el Arzobispo de Santa Fe, Mons. José María Arancedo en un mensaje con ocasión de la Cuaresma.
“Hay una debilidad social que tiene su raíz en el corazón no convertido del hombre”, señaló el Arzobispo puntualizando que “no es posible un mundo nuevo, sin hombres nuevos”, a la vez que recordó que la “Cuaresma es el tiempo de preparar esta novedad de la obra de Dios realizada por Jesucristo, que busca y necesita, sin embargo, de la libertad y de la decisión de cada uno de nosotros”.
Más adelante, Mons. Arancedo aseguró que “padecemos los efectos de una sociedad cínica, que aunque no niega e incluso predica los valores de la fraternidad y la igualdad, se acostumbra, sin embargo, a vivir con índices de pobreza que delatan la inequidad en la distribución de la riqueza y que se hace escándalo en la creciente brecha entre ricos y pobres”.