Debido a los altercados ocasionados en años anteriores, en los que integrantes del lobby gay llegaron a quemar una bandera del Vaticano y uno de ellos se bajó los pantalones frente a niños, las autoridades policiales de Perú evitaron este año que los manifestantes del lobby gay peruano realizaran la manifestación "Besos contra la homofobia" en la Plaza Mayor de Lima, donde se ubica la Catedral de la capital.

La Plaza Mayor de la capital peruana es considerada "zona rígida" según una ordenanza municipal, para evitar que manifestaciones violentas se puedan realizar en un área en que coinciden importantes edificios como el Palacio de Gobierno, el Palacio Municipal y la Catedral de Lima.

Las autoridades policiales establecieron un cerco metálico alrededor de la Plaza Mayor, pero permitieron el acceso de ciudadanos no activistas, turistas y fieles católicos, que se reunieron en el atrio de la Catedral para protegerla ante la amenaza de que esta manifestación, a ejemplo de otras en países como Argentina, intente profanar el templo.

Los integrantes del lobby gay, alrededor de 20 personas, mostraron distintos signos de agresión contra la fe católica, como disfrazarse de religiosas, e insultos contra la policía.

A pesar de los esfuerzos disuasivos de las autoridades, los manifestantes intentaron derribar violentamente el cerco metálico, por lo que fueron repelidos por chorros de agua disparados por un vehículo policial antidisturbios.

Los fieles católicos, como en años anteriores, rezaron pacíficamente el Rosario, hasta que la amenaza de profanación hubo pasado.