Ante miembros de la Comunidad de Nomadelfia, a los que recibió en audiencia en la Sala Clementina del Palacio Apostólico, el Papa Francisco recordó la obligación de todo cristiano de acoger a los débiles. Lo que hagamos a nuestros hermanos más débiles, se lo hacemos a Cristo mismo, advirtió el Santo Padre
"Quien haya alimentado, vestido y acogido a uno de los más pobres de entre los hombres, habrá alimentado, acogido y amado al mismo Hijo de Dios. Quien, al contrario, haya rechazado, despreciado y olvidado a alguno de los más débiles y pequeños, habrá rechazado a Dios mismo", recordó.
El Pontífice reflexionó sobre lo que significa el Adviento para un cristiano. "El tiempo de Adviento nos ayuda a meditar sobre el misterio del Hijo de Dios llegado en carne, que con su nacimiento ha traído al mundo la luz y la paz".