El superior de la Fraternidad Sacerdotal San Pío X (FSSPX), conocidos como lefebvristas, el Obispo Bernard Fellay aseguró que, a pesar de que el Papa Benedicto XVI quiere otorgarles el pleno reconocimiento dentro de la Iglesia, existen aún “graves dificultades en la Iglesia”.

En una entrevista difundida por el órgano informativo lefebvrista DICI, Fellay señaló que éstas “dificultades”, están relacionadas con las habituales críticas de los lefebvristas al Concilio Vaticano II, en los temas del ecumenismo y la libertad religiosa, que ellos relacionan con una influencia del liberalismo en la Iglesia.

“Las autoridades oficiales no quieren reconocer los errores del Concilio. Ellas no lo dirán nunca de manera explícita. Sin embargo, si leemos entre líneas, se puede ver que quieren remediar a algunos de estos errores”.
Para Fellay, actualmente “vemos claramente que las autoridades romanas tratan de restaurar la verdadera concepción del sacerdote”.

El líder lefebvrista explica que la postura de este grupo con respecto al Concilio Vaticano II continúa siendo de aceptar lo que está de acuerdo con la Tradición, mientras “lo que es dudoso, lo entendemos como la Tradición siempre lo ha enseñado; lo que es lo contrario, lo rechazamos”.

Fellay aseguró que de darse la aprobación canónica a la FSSPX, “las dificultades doctrinales serían siempre resaltadas por nosotros, pero con la ayuda de una lección dada por los hechos mismos, signos tangibles de la vitalidad de la Tradición”.

“Como yo ya lo decía en el 2006, acerca de las etapas de nuestro diálogo con Roma, debemos tener ‘fe en la Misa tradicional, esta Misa que exige la integridad de la doctrina y de los sacramentos, promesa de toda fecundidad espiritual de las almas’”.

El superior de la FSSPX expresó la gran expectativa que guarda este grupo por su reinserción plena en la Iglesia “para el apostolado tradicional, así como algunas personas importantes en Roma y el mismo Papa. Tenemos grandes esperanzas de que la Tradición se desarrolle con nuestra llegada”.

Fellay admitió que entre los integrantes de la FSSPX hay desconfianza ante las autoridades de la Iglesia, y explicó que esto se debe a que “hemos sufrido demasiadas decepciones, por eso creemos que puede tratarse de una trampa”.

“Es cierto que nuestros enemigos pueden pensar en utilizar este ofrecimiento como una trampa, pero el Papa que realmente quiere este reconocimiento canónico, no lo ofrece como una trampa”.

El Obispo señaló que la actitud de la Iglesia hacia los lefebvristas ha cambiado, y eso se debería a que “hay problemas tremendamente importantes en la Iglesia de hoy. Debemos hacer frente a estos problemas”.

“Debemos dejar de lado los problemas secundarios y hacer frente a problemas mayores. Esta es la respuesta de tal o cual prelado romano, pero no lo dirán jamás abiertamente; hay que leer entre líneas para entender”.

La FSSPX se encuentran en una particular ruptura con la Iglesia desde que su fundador, Mons. Marcel Lefebvre ordenara cuatro obispos sin la autorización del entonces Papa, Juan Pablo II.

Esto valió la excomunión de la Iglesia para Lefebvre, quien murió en 1991 y los cuatro obispos ordenados. Esta sanción fue levantada por el Papa Benedicto XVI en 2009, sin embargo su situación canónica no ha sido definida aún.

Tras una prolongada negociación, los principales líderes lefebvristas tendrían la voluntad de adherirse a lo propuesto por la Iglesia, a pesar que esto podría ocasionar una ruptura interna en la FSSPX.