En el segundo aniversario del histórico rescate de 33 mineros atrapados en una mina chilena, el líder del grupo, el topógrafo Luis Urzúa Iribarren, participó en la Misa de inauguración del Año de la Fe en el Vaticano y agradeció al Papa Benedicto XVI por haberlos acompañado con sus oraciones.

Urzúa Iribarren, de 54 años, era el jefe de turno al momento del derrumbe en la mina San José de Atacama y fue último en salir a la superficie en el rescate que comenzó el 11 de octubre de 2010 y terminó dos días después.

El minero peregrinó hasta Roma para participar en la Misa de inauguración del Año de la Fe y agradecer al Papa Benedicto XVI su acompañamiento durante los 70 días que el grupo permaneció a 700 metros bajo tierra.

En una entrevista concedida a ACI Prensa/EWTN Noticias, Urzúa aseguró que sin la ayuda de la fe, nunca habría conseguido sobrevivir. “Sin la fe, no habríamos pasado esta dura prueba”, afirmó.

“Con esta visita he querido darle gracias al Papa por su afecto, y ser embajador de la fe en el mundo entero, que es lo más importante. El Santo Padre lo pide, y tenemos que poner todos nuestro granito de arena”, añadió.

Durante la ceremonia de apertura del Año de la Fe, celebrada el 11 de octubre en la Plaza de San Pedro del Vaticano, Urzúa junto a una delegación de representantes de trabajadores del mundo, recibió del Papa una copia de los documentos del Concilio Vaticano II, que cumplen 50 años.

Además, durante su visita, el topógrafo entregó al Santo Padre una carta y una foto firmada por cada uno de los 33 mineros, quienes, según explicó, se encomendaron a Dios desde el primer momento del accidente.

Benedicto XVI les alentó entonces a mantener la serenidad mientras llegaba el rescate, y les invitó a acoger la Palabra de Cristo para crecer en fe. Además, el Santo Padre, también envió a los mineros, 33 rosarios bendecidos, para acompañarlos y alentarlos en su devoción a la Virgen de la Candelaria y a San Lorenzo, patrono de los mineros.

Urzúa recuerda que más de 1.200 millones de personas presenciaron su rescate, pero él explica que quiere ayudar a rescatar al mundo animando a todos a vivir el Año de la Fe, que se extenderá hasta el 24 de noviembre de 2012.

Para vivir este periodo que el Papa nos marca, “hay que dar testimonio de las grandezas de Dios, dar testimonio de cómo fuimos rescatados. Sobre todo en estos tiempos, donde la fe escasea y hay que avivarla con el corazón y con el alma”, concluyó.

Los 33 mineros permanecieron atrapados durante 70 días a más de 600 metros de profundidad en el yacimiento minero San José de Atacama, luego de un derrumbe ocurrido el 5 de agosto de 2010. Gracias a una impecable operación de rescate que incluyó labores de perforación y la construcción de una cápsula para extraerlos uno por uno, pudieron abandonar la mina entre el 11 y 13 de octubre de ese año.