23 de enero de 2008 / 06:05 PM
Representantes de diversas denominaciones han expresado su preocupación por un controvertido "anteproyecto de ley sobre centros de culto o de reunión con fines religiosos", que en la práctica recortaría drásticamente el derecho a la libertad religiosa en Cataluña y que podría aprobarse en febrero.
El anteproyecto de ley plantea que para reunirse en un local "con fines religiosos", el local necesitará una licencia. Y la licencia, la dará (o quitará) el ayuntamiento. Según esta ley cualquier alcalde puede cerrar cualquier parroquia por no disponer de licencia para realizar actividades religiosas.
Por lo demás en Cataluña no se podría abrir ninguna parroquia nueva si el poder político no lo permite. Más aún, el poder político podría cerrar todas las parroquias que quiera no dándoles o no renovándoles la licencia.