Leonel “Leo” Manzano ganó después de 44 años una medalla olímpica para Estados Unidos en la prueba de 1500 metros planos y los más felices con su hazaña son los miembros de la parroquia San Ignacio Mártir en Austin, Texas.

Manzano, nacido en México y criado en Estados Unidos, llamó la atención de la prensa primero por su baja estatura –mide 1.65 metros-  con respecto a sus rivales y luego por su inusual forma de persignarse y rezar antes de la prueba.

Durante la carrera se mantuvo en un discreto penúltimo lugar y cuando la suerte parecía echada, arremetió en los últimos 200 metros para conquistar la medalla de plata ante la sorpresa de todos.

Según explicó a la cadena ESPN, tras cruzar la meta Manzano se postró en la pista a rezar y dar gracias a Dios por el fruto de sus sacrificios y los largos periodos que pasa lejos de su hogar en Austin debido a los exigentes entrenamientos y competencias.

Cuando está en Austin, Leo asiste a Misa en la parroquia San Ignacio Mártir donde en abril pasado pudo dar una conferencia motivacional a los niños de la escuela católica local.

En declaraciones para ACI Prensa el 10 de agosto, el P. Bill Wack, párroco de la parroquia San Ignacio Mártir, señaló que la comunidad católica local “está orgullosa de Leo, no sólo porque ha  ganado una medalla, sino también porque habla sobre su fe y le da crédito a Dios por sus logros”.

“Estamos ansiosos por darle la bienvenida a casa en septiembre”, señaló.

En declaraciones al diario estadounidense USA Today, Manzano señaló que “sentí como si fuera el puesto 10 u 11. Sabía que estaba atrás. Sólo seguí rezando, diciendo ‘Padre Celestial, ayúdame. Empújame. Dame la fuerza para seguir’”.

“Mi saque siempre ha estado ahí. Desde que tenía tal vez 12 años, he tenido este importante don de parte de Dios. Supongo que a veces esto ha sido pasado por alto”, señaló.

Al comentar sobre su cercanía a México, “Leo el León” dijo al USA Today que “Estados Unidos es mi hogar, y no lo cambiaría por nada. Pero mis raíces están en México. Amo a ambos países. Los dos tienen un pedazo de mi corazón”.

El P. Bill Wack dijo a ACI Prensa que mantuvo contacto con Manzano durante su participación en las Olimpiadas, a través de la red social Twitter, y que el deportista le ofreció pasar por la parroquia a saludar cuando regrese a Estados Unidos.

“Durante todo este tiempo, mantuve a la congregación informada de nuestra comunicación, y la gente en la parroquia estuvo realmente complacida de saber que él ha asistido a Misa aquí. Los escolares estaban emocionados de ver su progreso, y uno de nuestros niños de tercer grado dijo ‘estoy tan contento de que me dio su autógrafo cuando estuvo aquí. ¡Conozco a alguien que ganó una medalla olímpica!’”, dijo el sacerdote.