Diversos obispos brasileños han expresado su honda preocupación por la difícil situación política que vive ese país, sumergido en una fuerte recesión y en el escándalo más grande de corrupción de su historia.
El Obispo de la diócesis Frederico Westphaln –estado de Rio Grande do Sul–, Mons. Antonio Carlos Rossi Keller, lamentó que a los brasileños "nos robaron: robaron nuestra esperanza, nuestro futuro, nuestra dignidad, mucho más que nuestro dinero".
"Somos un pueblo enfermo, sin horizontes", señaló el Prelado a través de su cuenta en Facebook.