24 de agosto de 2019 / 06:30 AM
Enclavada en la isla Tiberina, uno de los lugares con más historia de la ciudad de Roma, la Basílica de San Bartolomé custodia la tumba de este Apóstol que murió mártir, desollado, a manos de los persas.
La isla Tiberina, en medio del río Tíber, acoge hoy dos iglesias y dos hospitales. Sin embargo, en la época de la antigua Roma era un lugar sagrado para los paganos estrechamente relacionado con las ciencias curativas.
La leyenda señala que en el año 292 a.C. una peste asoló la ciudad de Roma. Los sacerdotes paganos afirmaron entonces que para detener la epidemia debían erigir una estatua al dios de la medicina Esculapio y las autoridades romanas mandaron traer la estatua de la ciudad griega de Epidauro.