En su homilía en la Misa celebrada esta mañana en la Capilla de la Casa Santa Marta, el Papa Francisco remarcó que las obras de la Iglesia, a pesar de que algunas son un poco complejas, se deben realizar "con corazón de pobreza, no con corazón de inversión o de empresario".
El Santo Padre subrayó que "el anuncio del Evangelio debe ir por el camino de la pobreza. El testimonio de esta pobreza: no tengo riquezas, mi riqueza es sólo el don que he recibido, Dios".
"Esta gratuidad: ¡ésta es nuestra riqueza! Y esta pobreza nos salva del convertirnos en organizadores, empresarios".