"Hoy, con el actual Santuario y Monumento, los mexicanos damos un testimonio de la fe en Cristo, a quien le reconocemos y le proclamamos como Rey, como lo hicieron con gran fervor nuestros mayores. Ellos lo hicieron aún antes de que el Papa Pío XI nos enseñara por qué Cristo es nuestro Rey y promulgara el establecimiento de su fiesta universal" el 11 de diciembre de 1925, indicó.
El sacerdote mexicano destacó que el amor a Cristo Rey "es un fervor que hace 100 años llevó a muchos católicos a la entrega de su vida hasta el martirio proclamándolo públicamente como Rey, al grito de '¡Viva Cristo Rey!'".
"Junto con este grito de fe también expresó su devoción a la Santísima Virgen María de Guadalupe al gritar '¡Viva Santa María de Guadalupe!'. Y en la actualidad nos sentimos motivados por el testimonio de dichos mártires de Cristo Rey, y por ello gritamos también: '¡Vivan los mártires de Cristo Rey!'", añadió.
El P. Chávez Ayala señaló que el impacto del santuario y la devoción a Cristo Rey en México "fue grande, porque en la actualidad muchas personas con gran fervor visitan este Santuario y proclaman desde su piedad popular a Cristo Rey y tratan de recibirlo para que reine en su corazón, en su casa y en todo lugar".