El Papa Benedicto XVI recordó la urgencia de la acción de los fieles laicos en el mundo y en la Iglesia como testigos de “la belleza de la verdad y la alegría de ser cristianos” en las familias, en el mundo del trabajo, en la sociedad y en particular entre los jóvenes.
Al dirigir un discurso ante el Pontificio Consejo para los Laicos, el Pontífice precisó que “todos los ambientes, circunstancias y actividades en los que se espera que pueda resplandecer la unidad entre la fe y la vida, están confiados a la responsabilidad de los fieles laicos, movidos por el deseo de comunicar el don del encuentro con Cristo y la certeza de la dignidad de la persona humana”.
“A ellos les corresponde encargarse del testimonio de la caridad especialmente con los más pobres, sufrientes y necesitados, así como de asumir todo compromiso cristiano dirigido a construir condiciones cada vez de mayor justicia y paz en la convivencia humana, así como de abrir nuevas fronteras al Evangelio”, explicó.