20 de abril de 2010 / 07:42 PM
El Arzobispo de La Habana, Cardenal Jaime Ortega, señaló que no se puede aceptar un llamado a una "alianza estratégica" con el Estado cubano porque tiene resonancias militares o políticas; además que el servicio de la Iglesia en el país no depende de un pacto social explícito o implícito con las autoridades, sino que es propio de su misión e identidad.
El Purpurado hizo esta aclaración al explicar la ausencia de las autoridades eclesiásticas en una reciente reunión convocada por el Gobierno y a la que asistieron representantes de otras confesiones, sectas y de la masonería.
"Se habló en esa ocasión de una alianza estratégica, con el Estado cubano y con vistas al bien del pueblo, por parte de los distintos grupos allí reunidos. Nunca he aceptado esos términos para considerar la acción propia de la Iglesia dentro de la sociedad y sus relaciones con los poderes del Estado, porque tienen resonancias militares o políticas en nada conformes para desarrollar las relaciones de la Iglesia con el Estado", indicó a la revista Palabra Nueva.