7 de enero de 2009 / 09:24 AM
Al retomar su ciclo de Catequesis sobre San Pablo, el Papa Benedicto XVI abordó el tema del culto que los cristianos deben ofrecer a Dios, y destacó que la misión de la Iglesia es la de anunciar el Evangelio a todo el mundo para unir a los pueblos en Jesús.
''Me falta la voz pero espero hacerme entender" dijo el Pontífice con una voz baja y ronca, inmediatamente ahogada con un aplauso. Pese a la ronquera, el Papa señaló que "en el pasado se solía hablar de una tendencia anti-cultual del Apóstol de las Gentes, de una 'espiritualización' del culto. Sin embargo, en la actualidad se comprende mejor que Pablo ve en la cruz de Cristo la clave que transforma y renueva radicalmente la realidad del culto".
Comentando tres textos de la Carta a los Romanos, en los que San Pablo se refiere a esta "nueva visión del culto", Benedicto XVI explicó que en el capítulo tercero el Apóstol afirma que "Dios constituyó a Cristo Jesús en "sacrificio de propiciación mediante la fe en su sangre", indicando así "que el culto antiguo que se llevaba a cabo en el templo de Jerusalén, con los sacrificios de los animales… ha sido sustituido por el culto real: el amor de Dios encarnado en Cristo y llevado a su plenitud con su muerte en la cruz. No es una espiritualización de un culto real, sino que el culto real sustituye al culto simbólico y provisional".