En el "lunes del Ángel", el Papa Benedicto XVI presidió el rezo del Regina Caeli desde la residencia estival de Castelgandolfo, en el que destacó que la Pascua de Cristo resucitado "es verdaderamente nuestra esperanza".
En efecto, explicó el Santo Padre, "resurgiendo de la muerte, Jesús ha inaugurado su día eterno. 'No moriré –Él dice– sino que quedaré en vida'. El Hijo del hombre crucificado, piedra descartada por los constructores, se convierte ahora en el sólido fundamente del nuevo edificio espiritual que es la Iglesia, su Cuerpo místico. El pueblo de Dios, que tiene a Cristo como su cabeza invisible, está destinado a crecer en el curso de los siglos, hasta el pleno cumplimiento del plano de la salvación".
Entonces, continuó el Papa, "la humanidad entera será incorporada a Él, y toda realidad existente estará compenetrada por su total victoria. Así, como escribió San Pablo, Él será 'el perfecto cumplimiento de todas las cosas' y Dios será todo en todos'".