En una Audiencia General de tono especial, donde tuvo uso de la palabra Karekin II, Patriarca de todos los cristianos Armenios no católicos, el Papa Benedicto XVI subrayó la importancia de la oración para lograr la unidad de los cristianos.
El Patriarca, durante su breve discurso, habló del camino ecuménico y se detuvo en la historia del pueblo armenio, víctima de un brutal genocidio de parte del imperio turco a inicios del siglo XX.
Benedicto XVI, saludando al patriarca, se refirió a la estatua de San Gregorio el Iluminador, fundador de la iglesia armenia, colocada en un nicho de la basílica y que "nos recuerda las graves persecuciones padecidas por los cristianos armenios, especialmente en el siglo pasado. Los mártires armenios son un signo de la potencia del Espíritu Santo, que obra en tiempos de oscuridad y una prenda de la esperanza cristiana en todo lugar".