13 de octubre de 2022 / 06:07 PM
A unos 65 kilómetros al norte de Oporto (Portugal) en la aldea de Balazar, apareció en la tierra una extraña cruz que años después estuvo vinculada con la extraordinaria vida de la Beata Alejandrina Da Costa.
Era el jueves del Corpus Christi de 1832 y los fieles que iban a Misa se percataron de la misteriosa cruz cerca a la iglesia.
Por aquel tiempo el párroco de Balazar, P. Leopoldino Mateus, envió una carta al Arzobispo de Braga contándole que “la tierra que mostraba esta cruz era de un color más blanco que la otra, y parecía haber caído el rocío en toda la tierra, menos en el sitio donde estaba la cruz”.