La mies es abundante y los obreros pocos, recuerda Obispo por el domingo del Buen Pastor

La mies es abundante y los obreros pocos, recuerda Obispo por el domingo del Buen Pastor
Imagen referencial. Crédito: Saint John's Seminary / Unsplash.

Mons. Demetrio Fernández, Obispo de Córdoba (España), recordó en su carta semanal que este Cuarto Domingo de Pascua, conocido como "del Buen Pastor", se celebrará la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones y también la Jornada por las Vocaciones Nativas.

En la introducción de su pastoral, Mons. Fernández comentó que Jesús "se nos presenta con esa imagen bucólica del pastor con la oveja sobre los hombros. Era una imagen tomada del paganismo, pero inmediatamente vino a significar a Jesucristo, el buen pastor, que busca la oveja perdida y la carga acariciándola sobre sus hombros".

"Se convirtió así en una de las imágenes más atrayentes y más universales de Jesús, el buen pastor que da la vida por sus ovejas", explicó el Prelado.

El Obispo de Córdoba expresó que "esta imagen del buen pastor sugiere un amor sin medida por parte de Jesús, el amor que está radicado en el Padre y anida en su corazón humano. Con ese amor, Jesús proclama que nadie le arrebatará de sus manos a cada una de sus ovejas. Pertenecer al rebaño de Jesús es garantía de salvación eterna".

En este contexto del Buen Pastor, Mons. Fernández recordó la celebración de la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones recordando que fue instituida por san Pablo VI, en un tiempo en el que ya comenzaba la escasez de vocaciones.

"La mies es abundante, los obreros pocos, constataba Jesús para animarnos a pedir al Dueño de la mies que envíe manos y trabajadores a su mies", precisó el Prelado.

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El Obispo de Córdoba apuntó que "toda vocación es llamada de Dios, y especialmente la vocación consagrada y sacerdotal es un don especialísimo de Dios a su Pueblo".

El Prelado recordó que a esta Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones, también se ha unido la oración por las Vocaciones Nativas "para que surjan vocaciones allí donde la Iglesia está implantándose".

Mons. Fernández citó el lema de estas jornadas vocacionales "Deja tu huella, sé testigo", e invitó a los jóvenes "a dar un paso al frente dejando su huella por medio del testimonio de su vida".  

Y matizó: "La oración por las vocaciones nos brinda la ocasión para agradecer a Dios estas vocaciones de especial consagración, religiosa o sacerdotal, que ahora son más escasas aún en nuestro entorno".

En este sentido, el Obispo de Córdoba  pide por las nuevas vocaciones: "Muchos de los que sienten esa llamada se hacen los sordos, no se atreven a responder".

"Quizá las infidelidades de unos y de otros, quizá el ambiente pagano que se extiende como una mancha de aceite, pero incluso los jóvenes que son llamados no se atreven a dar un paso al frente".

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"Oremos por las vocaciones, por todas las vocaciones de especial consagración, porque son necesarias en la vida de la Iglesia", añadió.

Mons. Fernández, recordó a este respecto, algunos testimonios: "Uno muy reciente es el de la Hna Juana Méndez Romero (1937-1990), a quien el Papa Francisco ha declarado Venerable, al reconocer sus virtudes heroicas. Damos gracias a Dios por ello en la Catedral de Córdoba este domingo".

El Prelado precisó que "esta joven ingresó en 1963 en las Obreras del Corazón de Jesús, que la Madre María Jesús Herruzo y el P. Castro, jesuita, habían fundado en 1940. Se identificó con el Corazón de Jesús como una ofrenda agradable por la Iglesia y por la salvación del mundo entero". 

El Obispo de Córdoba subrayó que "fue verdadera misionera desde su postración en la cama durante 40 años. Ella nos enseña que para amar no es obstáculo la enfermedad, la invalidez, la inutilidad".

"Al contrario, en su vida resplandecen todas las virtudes cristianas precisamente en medio de tales limitaciones. En mi debilidad, tú me haces fuerte. Te basta mi gracia", dijo.

Por último, Mons. Fernández destacó: "Otro gran testigo, que ha dejado huella profunda en la historia es san Juan de Ávila (1500-1569), sacerdote y doctor de la Iglesia, cuya fiesta celebramos el 10 de mayo. Nos reuniremos en Montilla, junto a su sepulcro para recibir su influjo que nos impulse a la santidad".

"Oremos por las vocaciones, con estos y tantos intercesores que han respondido generosamente a la llamada", concluyó el Obispo.

Puede leer la carta íntegra AQUÍ.

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