En 2014 el Estado Islámico invadió el noreste de Siria y convirtió a la ciudad de Raqqa en su bastión.
En septiembre de 2014, una coalición internacional liderada por Estados Unidos comenzó a bombardear las zonas ocupadas por los yihadistas. En 2015, Rusia también empezó a ejecutar ataques contra los terroristas. A raíz de esta intervención el gobierno pudo recuperar algunas zonas controladas por los rebeldes.
En diciembre de 2016, tras un año de intensos combates y bombardeos, el ejército sirio liberó la ciudad de Alepo, la segunda más importante después de la capital Damasco.
En octubre de 2017 las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), conformadas por árabes y kurdos del país, y la coalición internacional liderada por Estados Unidos, liberaron la ciudad siria de Raqqa del control de los terroristas del Estado Islámico (ISIS) tras cuatro meses de combates.
En enero de 2018 los terroristas lanzaron cohetes y proyectiles de mortero contra los barrios de la llamada "Ciudad Vieja" de Damasco, donde se encuentran varias iglesias y las sedes de los patriarcados.
El pasado mes de febrero las fuerzas sirias en conjunto con Rusia lanzaron varios ataques aéreos y de artillería en el este de Ghouta, un área controlada por los terroristas al noreste de Damasco.
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