12 de noviembre de 2009 / 08:09 AM
El Presidente del Pontificio Consejo para la Pastoral de la Salud, Mons. Zygmunt Zimowsky, señaló que la Iglesia siempre sirve a la vida humana, de manera especial ante los desafíos actuales que se presentan y que reclaman una respuesta que respete en todo momento la dignidad de toda persona humana. Esta vida humana, explica, se inicia en la concepción y concluye con la muerte natural.
En su ponencia titulada "Teología de la vida: el valor de la vida humana, toda y de todos" en la apertura del año académico del Instituto Internacional de Teología Pastoral Sanitaria Camillianum, en Roma, el Arzobispo señaló que actualmente existe una variedad de posturas que hacen que ya no exista "más unanimidad en las respuestas a los problemas fundamentales sobre el inicio, el fin, los límites y el derecho a la vida".
Al hablar del actual "debate" que existe en algunos sectores sobre si la vida humana se inicia o no con la concepción, es decir con la generación de un embrión, el Arzobispo recuerda que los distintos nombres que recibe el ser humano desde esta etapa del desarrollo: cigoto, mórula, blástula, feto, etc.; solo son formas de determinar en qué etapa de su crecimiento se encuentra; y precisa que el embrión "ya es un ser humano" y "ya es también una persona".