El Papa Benedicto XVI subrayó esta mañana que la "Iglesia no impone, sino que propone libremente la fe católica, sabiendo que la conversión es el fruto misterioso de la acción del Espíritu Santo", al recibir a los obispos de Kazakistán y de Asia Central, que se encuentran en el Vaticano en visita ad limina.
En su discurso, el Santo Padre destacó que "la fe es don y obra de Dios. Precisamente por eso está prohibida toda forma de proselitismo que obligue o induzca y atraiga a alguien con inoportunos engaños a abrazar la fe".
"Una persona puede abrirse a la fe tras una reflexión madura y responsable, y debe poder realizar libremente esta íntima aspiración. Esto beneficia no solo al individuo, sino a toda la sociedad, porque la observancia fiel de los preceptos divinos ayuda a construir una convivencia más justa y solidaria", explicó.