En el marco de la Santa Eucaristía por motivo de la clausura del Sínodo de los Obispos se celebró también la canonización de los beatos: el arzobispo Josef Bilczewski, el padre Gaetano Catanoso, el sacerdote Zygmunt Gorazdowski, el jesuita Alberto Hurtado Cruchaga y el franciscano capuchino Felice da Nicosia.
A lo largo de la homilía, cuyo tema central fue la Eucaristía como centro de la vida de la Iglesia y del cristiano, el Santo Padre afirmó que en el alimentarse del Cuerpo de Cristo y de su Sangre se da una “conversión que es el principio del camino de santidad que el cristiano está llamado a realizar en la propia existencia”.
“El santo- continuó- es aquel que está tan fascinado por la belleza de Dios y por su perfecta verdad que estas lo irán progresivamente trasformando”.