7 de noviembre de 2010 / 06:33 AM
Al presidir esta mañana la Misa en ocasión de la dedicación de la Iglesia y el altar de la Sagrada Familia en Barcelona, declarada Basílica Menor, el Papa Benedicto XVI resaltó que la tarea de la Iglesia es mostrarle al mundo el rostro de Dios que es amor; y destacó la urgente necesidad de defender la vida desde la concepción hasta la muerte natural, el matrimonio formado por un hombre y una mujer sobre el que se funda la familia.
En la homilía de la Eucaristía que presidió tras su encuentro con los reyes de España, Juan Carlos I y Sofía de Grecia, el Santo Padre recordó a quienes ha hecho posible la obra de la Sagrada Familia, "sobre todo, al que fue alma y artífice de este proyecto: a Antoni Gaudí, arquitecto genial y cristiano consecuente, con la antorcha de su fe ardiendo hasta el término de su vida, vivida en dignidad y austeridad absoluta" cuya causa de beatificación se encuentra en proceso.
Tras resaltar que la historia catalana está marcada por el testimonio de muchos santos, el Papa se refirió a la confianza en la providencia de Gaudí, cuando decía que "San José acabará el templo" y expresó: "no deja de ser significativo que sea dedicado por un Papa cuyo nombre de pila es José (Joseph)".