Durante la ceremonia del miércoles por la tarde en la que recibió una edición especial del Premio Internacional “Carlomagno” concedido por la ciudad de Aachen (Alemania) en reconocimiento a su compromiso a favor de la unidad de los pueblos de Europa, el Papa Juan Pablo II compartió su visión de Europa fiel a su identidad.
En la parte final del discurso que siguió a la ceremonia, el Santo Padre señaló: “Pienso en una Europa sin nacionalismos egoístas, en la que las naciones sean vistas como centros vivos de una riqueza cultural que merece ser protegida y promovida en beneficio de todos”.
“Pienso en una Europa en la que las conquistas de la ciencia, de la economía y del bienestar social no se orienten en el consumismo”, sino que sirvan a la humanidad. “Pienso en una Europa cuya unidad se fundamente en la verdadera libertad”, porque “Sin libertad no hay responsabilidad: ni ante Dios ni ante los seres humanos”.