En su discurso a los pacientes, parientes y personal sanitario que trabaja en el Hospicio Fundación Roma, que atiende gratuitamente a enfermos terminales de cáncer, Alzheimer y Esclerosis Lateral Amiotrófica, el Papa Benedicto XVI recordó que "la enfermedad es una prueba dolorosa y singular que ante el misterio de Dios, que ha asumido nuestra carne mortal, adquiere su sentido y se convierte en un don y ocasión de santificación".
Tras explicar que pese a los avances de la ciencia, todavía existen enfermedades incurables que generan en las personas momentos de crisis, "de pérdida y de seria confrontación con la propia situación personal", el Santo Padre alertó sobre el hecho que "actualmente, la prevaleciente mentalidad eficientista tiende con frecuencia tiende a marginar a las personas que las sufren, considerándolas como un peso y un problema para la sociedad".