En el primer día de su visita apostólica a Hungría, el Papa Francisco mantuvo un encuentro con los obispos, sacerdotes, religiosos, consagradas y agentes pastorales que sirven en el país. Allí, escuchó el testimonio de dos sacerdotes -uno de ellos greco-católico-, una religiosa y una catequista.
En primer lugar, tomó la palabra el P. Joseph Brenner, de la Diócesis de Szombathely, y hermano del Beato Mártir János Brenner.
En sus palabras, el sacerdote recordó que quienes vivieron la Segunda Guerra Mundial "siempre fuimos fieles a la Iglesia, tuvimos que huir y finalmente sufrimos la persecución del comunismo durante décadas".