El Obispo de Córdoba (España), Mons. Demetrio Fernández, recordó que cada persona es un templo de Dios y aseguró que la castidad es posible con la ayuda del Espíritu Santo, cuya venida es recordada con la fiesta de Pentecostés.

"La castidad es posible porque es virtud que el Espíritu Santo produce en nosotros, animándonos a superar el pecado y a convertir nuestro cuerpo en templo de su gloria. La sexualidad es lenguaje de expresión del amor verdadero, en su lugar y en su momento, y es un fruto del Espíritu Santo, en el conjunto de la vida cristiana", afirmó el Prelado en su última carta enviada a ACI Prensa.

Mons. Fernández explicó que los jóvenes necesitan "una educación en el afecto y en la sexualidad, que supere la concepción hedonista de este aspecto vital para el ser humano".

"La sexualidad presentada a los jóvenes no como un juego placentero, sino como un camino de superación personal, en el que se aprende a amar dándose, sacrificándose, ayudando a los demás, viviendo según la ley de Dios, que quiere siempre lo mejor para el hombre", señaló.

Finalmente, el Obispo de Córdoba invitó a pedir los dones del Espíritu Santo, los cuales son la "caridad, gozo, paz, paciencia, longanimidad, bondad, benignidad, mansedumbre, fidelidad, modestia, continencia, castidad".

Pentecostés es "la fiesta de la exuberancia de Dios que nos concede los dones y los frutos del Espíritu Santo, nos hace sentir con la Iglesia, nos enseña a amar al estilo de Cristo, nos va recordando interiormente todo lo que Jesucristo nos ha enseñado", afirmó.