El Arzobispo de Corrientes, Mons. Domingo Salvador Castagna, expresó que si bien “la administración de la justicia humana no debe priorizar la misericordia sino la ley”, tampoco debe excluirla del espíritu con que la aplica.
En su alocución titulada “La justicia no debe estar al servicio de la venganza y la represalia”, el Prelado señaló que antes de la venida de Jesucristo, el hombre, “desde su angustioso pesimismo”, veía a Dios Padre como alguien que aplicaba la justicia sin clemencia, que se expresaba en la cólera y en la venganza “y en la ejecución impostergable del castigo”.
Sin embargo, afirmó que Cristo nos muestra “un Padre entrañablemente bueno”, con una misericordia que no tiene medida humana, pues “su Ser desborda bondad y ternura”.