El Ministerio de Justicia de Filipinas inició la investigación de un intento de soborno a un arzobispo local, que recibió un cheque enviado probablemente por los promotores de una lotería ilegal y que involucraría a alcaldes y gobernadores, para que el prelado dejara de hacer sus denuncias.
El cheque de diez millones de pesos (183 mil dólares) fue entregado a las autoridades por el Arzobispo de Lingayen-Dagupan, Mons. Oscar Cruz, con una nota en la que se le amenazaba de muerte si persistía en denunciar el “jueteng”, una millonaria lotería ilegal. El texto decía que el Prelado debía concentrarse “en otros asuntos (...) pues de otra forma podía costarle la vida”.
El Arzobispo también entregó una lista de 16 sospechosos que serían los supuestos “señores del jueteng”, que controlan este juego ilegal en las 24 provincias del país y cuyos nombres aparecieron en una investigación realizada por el Congreso en 1997.