La Corporación de Abogados Católicos expresó sus cuestionamientos al proyecto de ley que busca incluir los tratamientos de fertilización asistida dentro del Programa Médico Obligatorio, que afectaría a hospitales públicos, obras sociales y clínicas prepagas.

El texto del proyecto de ley ya fue aprobado el 24 de abril por la Cámara de Senadores y volverá a la Cámara de Diputados para su aprobación final el 5 de junio, tras pequeñas modificaciones.

Los juristas advirtieron que este proyecto legislativo violará la consideración del embrión como persona humana y cosa no susceptible de donación.

El funcionamiento de bancos receptores de gametos y/o embriones cosificará aún más a esas personas. Además, señalaron, el proyecto vulnera el derecho a la identidad de los niños no nacidos.

Los abogados católicos también advirtieron que se vulneraría los derechos de la infancia, pues los niños perderían el derecho a tener una madre y un padre en los casos en que queden vinculados a familias monoparentales o a parejas homosexuales.

Así también, el eventual caso de que el donante de los gametos revoque su consentimiento para la implantación del embrión conllevaría un impedimento para el desarrollo de su vida.

Toda esta problemática, señalaron, se suma a que falta legislación sobre objeción de conciencia, tanto para médicos como para las instituciones en las que laboran los profesionales de la salud.

Por su parte, ya en abril de 2012 la Conferencia Episcopal Argentina emitió un comunicado que advirtió que si se aprueba este proyecto de ley "algunos seres humanos en gestación no tendrán derecho a ser llamados personas".

Los prelados denunciaron además que con esta posible ley la maternidad y la paternidad quedarán desfiguradas con la "voluntad procreacional", al mismo tiempo que se legitimará la promoción de vientres de alquiler, algo que "cosifica a la mujer".

Los obispos argentinos también advirtieron que la fecundación asistida supone el congelamiento de embriones humanos por tiempo indefinido, "pudiendo ser éstos descartados o utilizados con fines comerciales y de investigación".

Los niños concebidos por este método artificial, criticaron, "no podrán conocer quién es su madre o su padre biológico".

La CEA denunció además el carácter eugenésico de estos métodos, pues "las técnicas de fecundación artificial suponen con frecuencia mecanismos de selección de los embriones más aptos, con descarte de los demás".