El Papa Juan Pablo II entregó la antigua iglesia romana de San Teodoro en el Palatino al Patriarca ortodoxo griego Bartolomé I con el fin de que sea empleada por su comunidad en la capital italiana.
"Tenemos aún frente a nosotros mucho camino, pero la vía hacia la unidad ha comenzado", señaló Bartolomé I al presenciar con varios prelados católicos la entrega de la iglesia a los ortodoxos griegos.
Según el Patriarca, este gesto del Papa es una "importante e histórica decisión", que constituye un "acto totalmente positivo" en el camino hacia la unidad.