25 de agosto de 2004 / 09:34 AM
Al enviar de regreso el Icono de la Madre de Dios de Kazán a Rusia, el Papa Juan Pablo II reveló que siempre deseó que la imagen retornara a ese país, ha pedido la guía de María para sus devotos rusos y ha implorado su intercesión por la unidad de todos los cristianos.
El Papa hizo estas confesiones en la homilía que predicó esta mañana durante la solemne entrega del icono a una delegación vaticana que lo entregará el sábado al Patriarca ortodoxo ruso Alexei II.
El Santo Padre recordó que “después de haber atravesado varios países y de haberse detenido durante un largo tiempo en el Santuario de Fátima, en Portugal, hace más de diez años llegó providencialmente” a su residencia y “desde entonces ha estado a mi lado y me ha acompañado con su mirada maternal mi servicio cotidiano a la Iglesia”.