Un grupo de jóvenes en Chile decidió usar días de sus vacaciones para irse de voluntarios al Pequeño Cottolengo, un hogar que acoge a personas en situación de abandono y de discapacidad intelectual.
El centro ubicado en la comuna de Cerrillos, Santiago, recibió durante todo el mes de enero a cerca de 80 jóvenes de todo el país vinculados a la Congregación Pequeña Obra de la Divina Providencia y de otras comunidades católicas.
El centro cuenta con ocho casas donde residen 40 personas ubicadas según la complejidad de su condición. Además hay una escuela, un centro policlínico, piscina, huerto, capilla y un cementerio donde descansan los restos de los religiosos de la Obra.