En el Valle de los Caídos está compuesto por una basílica pontificia menor, erigida como tal en 1960 por San Juan XXIII; sobre ella se instala una cruz que es la más grande de la cristiandad con 150 metros de altura, o 300 metros si se cuenta desde el risco de la Nava donde está elevada. Y los brazos miden 24 metros cada uno; también está la abadía en la que vive una comunidad de religiosos benedictinos desde 1958; y una escolanía en la que estudian niños menores de 14 años que reciben una amplia formación musical; la hospedería y un centro de estudio sociales, que hoy en día está inutilizado.
Se trata de un monumento controvertido porque para algunos es un monumento al bando nacional o que exalta la dictadura franquista, pero la decisión de crear un complejo arquitectónico de tal magnitud se tomó con el objetivo de que fuera "un monumento a todos los caídos durante la Guerra Civil, bajo los brazos pacificadores de la cruz", según Alberto Bárcena, historiador y profesor de la Universidad CEU San Pablo de Madrid.
El actual proyecto de la Ley de Memoria Democrática contempla la resignificación del Valle de los caídos,la conversión de éste en un cementerio civil así como la salida de la comunidad benedictina. Aunque de manera explícita no se habla de la eliminación de la cruz que preside el valle, ésto si se ha contemplado en otras ocasiones.