La Conferencia Episcopal de Inglaterra y Gales ha convocado para el próximo domingo 26 de julio a los fieles católicos para celebrar la Jornada Anual por la Vida, que este año se orienta a combatir el problema del suicidio.
Mons. Bernard Longley, Obispo Auxiliar de Westminster y responsable del programa de esta jornada, explica que "el suicidio es un grave pecado. Para que un individuo reconozca esto es necesario que esté mentalmente sano y plenamente consciente de que lo que va a realizar (en el suicidio) es un pecado. Sin embargo con frecuencia sucede que cuando una persona se suicida, su mente está ofuscada por la confusión y la desesperación; y no tiene pleno control de las propias facultades mentales".
"Ciertamente –precisa el Prelado– Dios no condena a quien no está plenamente consciente y además es necesario recordar que la misericordia divina no tiene límites".