Durante la recitación del Angelus el día de hoy, el Papa Juan Pablo II recordó la importancia de la fiesta del Bautismo del Señor, que cierra el tiempo de Navidad, señalando que ella es una fuente de luz para la Iglesia.
El Pontífice describió el episodio del bautismo de Jesús como “la primera manifestación pública de la identidad mesiánica de Jesús, tras la adoración de los Magos”. “Por ello –agregó- la liturgia pone juntos el Bautismo a la Epifanía, con un salto cronológico de cerca de treinta años: ese niño, que los Magos adoran como Rey mesiánico, lo vemos hoy consagrado por el Padre en el Espíritu Santo".
El Santo Padre señaló que “también nosotros que en Navidad hemos celebrado el gran evento de la Encarnación, estamos invitados a mantener la mirada fija en Jesús, rostro humano de Dios y rostro divino del hombre”.