Mons. Philip Najim, Procurador del Patriarcado de Babilonia de los Caldeos, alertó que con la violenta persecución anti-cristiana que los fundamentalistas islámicos realizan en Irak, este país se ha convertido "en una plaza de muerte, un país en donde se industrializa y se programa la muerte con daños de personas indefensas".
En una entrevista concedida a L'Osservatore Romano realizada por Francesco Recupero, el sacerdote iraquí explicó que con esta ola de violencia quienes pagan las consecuencias "son sobre todo las comunidades cristianas de Mosul que en los últimos días han sufrido la persecución. Solo en la jornada de hoy (domingo), mil personas han debido abandonar sus casas porque habían sido amenazadas por grupos terroristas sin escrúpulos".
Tras precisar que "no se puede salir adelante de este modo", Mons. Najim advirtió que en relación a estos hechos "hay demasiado silencio al respecto. Un silencio que parece acercarse a la destrucción de la esperanza del pueblo iraquí que busca la paz y la fraternidad".