La segunda recomendación dada por Mons. Sako es que ante la situación de peligro fomentada por el discurso de odio del Estado Islámico, se necesita que "los cristianos y musulmanes respondan urgentemente para repararla y corregirla".
Se debe promover un discurso que "ilumine a la gente, que use la lógica y la razón para evitar malas interpretaciones y prácticas, que construya la justicia, promueva la paz civil a través de la aceptación de los demás y protegiendo los discursos religiosos y nacionales, que difunda las enseñanzas del cristianismo y el islam sobre el amor, la compasión, la bondad y la paz".
También que "tome pasos significativos para combatir el terrorismo y convencer de que haya una pena legal para toda incitación a odiar, asesinar y a irrumpir en las propiedades de los cristianos".
Por último, exhortó a implementar una "reconciliación comunitaria real" entre la variedad de civilizaciones, culturas, lenguajes y religiones que hay en Irak y en los países que tienen una realidad similar.