En su homilía en la Misa celebrada esta mañana en la Capilla de la Casa Santa Marta, el Papa Francisco exhortó a no tenerle miedo a la libertad que nos da el Espíritu Santo e ir hacia adelante, sin caer en un "progresismo adolescente".

El Santo Padre reflexionó sobre el pasaje evangélico en el que Jesús dice a sus discípulos que "no piensen que yo haya venido a abolir la Ley", que sigue al de las Bienaventuranzas, las cuales son "expresión de la nueva ley" más exigente que la de Moisés.

Esta ley, explicó Francisco, es "fruto de la Alianza" y no se puede comprender sin ella.

Jesús, indicó el Papa, "es la expresión de la madurez de la ley", a la vez que añadió que Pablo nos habla de dos tiempos "sin cortar la continuidad" entre la ley de la historia y la ley del Espíritu.

"La hora del cumplimiento de la ley, la hora en que la ley llega a su madurez es la ley del Espíritu. Este ir hacia delante por este camino es un poco riesgoso, pero es el único camino de la madurez, para salir de los tiempos en los cuales no somos maduros".

El Papa advirtió que "en este camino hacia la madurez de la ley, que viene precisamente con la predicación de Jesús, hay siempre temor, temor de la libertad que nos da el Espíritu. ¡La ley del Espíritu nos hace libres!".

"Esta libertad nos produce un poco de temor, porque tenemos miedo de confundir la libertad del Espíritu con otra libertad humana".

El Santo Padre señaló que la ley del Espíritu "nos conduce por un camino de discernimiento continuo para hacer la voluntad de Dios y esto" nos da miedo.

Este miedo, advirtió, "tiene dos tentaciones". La primera, es la de "ir hacia atrás", la de decir que "se puede hasta aquí, no se puede hasta allá" y, por tanto, al final "permanecemos aquí".

El Papa señaló que esta es "un poco la tentación del miedo a la libertad, del miedo al Espíritu Santo". Un miedo "por el cual es mejor ir sobre lo seguro".

Francisco recordó el caso de un superior general que en la década de 1930 recopiló "todas las prescripciones contra el carisma" para sus religiosos, "un trabajo que le llevó años".

Culminada la labor, el superior se dirigió a Roma para encontrarse con un abad benedictino, quien, al oír lo que el religioso había hecho, le dijo que al obrar así "había matado el carisma de su Congregación", "había matado la libertad", ya que "este carisma da sus frutos en la liberad y él había detenido el carisma".

El Papa señaló que la confianza en el Espíritu es más exigente, pues "Jesús nos dice: 'En verdad yo les digo: hasta que no pasen el cielo y la tierra, no pasará una solo iota de la ley. ¡Es más exigente! Pero no nos da esa seguridad humana. No podemos controlar al Espíritu Santo: ¡este es el problema! Esta es una tentación".

La otra tentación de la que advirtió el Santo Padre es la del "progresismo adolescente", que nos hace "salir del camino". Ver una cultura y "no estar tan separados" de ella.

"Tomamos de acá, tomamos de allá los valores de esta cultura… ¿Quieren hacer esta ley? Adelante con esta ley. ¿Quieren ir adelante con eso? Ensanchamos un poco el camino. Al final, como digo, no es verdadero progresismo. Es un progresismo adolescente: como los adolescentes que quieren tener todo con el entusiasmo ¿y al final? Se resbala, es como cuando el camino está con hielo y el auto resbala y va fuera del camino".

El Papa advirtió que este progresismo adolescente "¡es la otra tentación en este momento! Nosotros, en este momento de la historia de la Iglesia, ¡no podemos ir hacia atrás, ni salir del camino!".

El camino, dijo Francisco al concluir su homilía, "es el de la libertad en el Espíritu Santo, que nos hace libres, en el discernimiento continuo acerca de la voluntad de Dios para ir hacia delante por este camino, sin ir hacia atrás y sin salirnos del camino".

El Santo Padre exhortó a pedir al Señor "la gracia que nos dé al Espíritu Santo para ir hacia adelante".

La Misa fue concelebrada por el Prefecto de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica, Cardenal João Braz de Aviz y participaron un grupo de sacerdotes, religiosos y laicos de este dicasterio.