Al dirigir esta mañana su discurso de inicio del año al cuerpo diplomático acreditado ante la Santa Sede, el Papa Benedicto XVI se refirió al tema de la defensa de la creación, explicando que está es inseparable de la defensa de la dignidad humana y que es una "exigencia moral, puesto que la naturaleza manifiesta un designio de amor y de verdad que nos precede y que viene de Dios".
Tras denunciar que la actual crisis económica global, a la que responde en su encíclica Caritas in Veritate, ha sido originada por "la vigente mentalidad egoísta y materialista, que no tiene en cuenta los límites inherentes a toda criatura", el Santo Padre resaltó que esta manera de ver las cosas también afecta la ecología.
Poniendo como ejemplo la caída del Muro de Berlín hace 20 años, el Papa recordó que así "se derrumbaron los regímenes materialistas y ateos que habían dominado durante varios decenios una parte de este continente, ¿acaso no fue posible calcular el alcance de las profundas heridas que un sistema económico carente de referencias fundadas en la verdad del hombre había infligido, no sólo a la dignidad y a la libertad de las personas y de los pueblos, sino también a la naturaleza, con la contaminación de la tierra, las aguas y el aire?"