Dijo que uno de los aspectos más destacados del Siervo de Dios es que "no hacía notar que tenía esta enfermedad. Yo lo conocí cuando era Prefecto de la Congregación para la Vida Religiosa y luego Presidente del Pontificio Consejo para los Laicos. Estaba ya enfermo, pero no se lo decía a ninguno".
"Cuando el Cardenal Pironio hablaba con alguien no había otra preocupación, ningún otro pensamiento en su cabeza. Hablaba con esta persona y sólo se dirigía a ella porque era lo importante en ese momento", relató a ACI Prensa.
Por su parte, el Secretario General de la CEA, Mons. Malfa, dijo que "en el Año de la Misericordia realmente es una caricia de Dios para los obispos argentinos poder haber vivido este momento tan intenso. Yo llevaré el eco de todo esto a mis hermanos, sobre todo porque reconocemos en él a un gran Pastor".
"El Cardenal Pironio fue profundamente humano y todo de Dios, y de allí surgió la riqueza abundante de su vida y de su fidelidad al Señor y al Evangelio, sirviéndolo con todo el amor todo lo que encontraba en su camino". "Nadie se acercaba al Cardenal sin sentirse profundamente amado y sin llevarse algo de Dios", destacó el Prelado.