El Arzobispo de Valencia, Mons. Agustín García-Gasco, afirmó que por el bien real de las personas, la Iglesia no puede dejar de denunciar y desenmascarar el laicismo mientras este sea propugnado desde el poder.
En su carta semanal, el Prelado denunció la intolerancia y agresividad del laicismo, el cual "pretende desprestigiar a la Iglesia para acelerar la implantación del relativismo moral como única mentalidad compatible con la democracia". Para ello, indicó, no duda en ridiculizar la fe, identificando al cristiano como fundamentalista ignorante y asociando al intelectual con el agnóstico.
"Todo vale para arrinconar al cristianismo: ridiculizarlo, manipularlo en los medios de comunicación social, anularlo o vaciarlo de contenido". Sin embargo, afirmó, "como tantas otras ideologías falsas, este laicismo está llamado a desaparecer porque ni hace justicia a la verdad ni a la libertad y dignidad de los seres humanos".