En un comunicado dado a conocer hoy, el Consejo Permanente de la Conferencia Episcopal de Guatemala (CEG) solicitó al Congreso de este país abolir la pena de muerte, en el marco del debate actual que algunos usan como propaganda política por la ineficacia del sistema judicial.
En el texto firmado por Mons. Pablo Vizcaíno Prado, Presidente de la CEG, se señala que actualmente la pena de muerte es cuestionada en diversos ámbitos de la sociedad debido a la sensibilidad, cada vez más aguda, que ha generado en las personas los diversos atentados contra la vida como el aborto y la experimentación con embriones.
Sobre la pena capital, indican los obispos, actualmente es casi imposible justificarla en la responsabilidad que tienen las autoridades del Estado de proteger a la sociedad de sus agresores. "No se trata de renunciar a la defensa legítima de la sociedad frente a las agresiones criminales, sino de recurrir a medios no cruentos para realizar esta defensa. La oposición a la pena de muerte no significa ni quiere ser un sí a la impunidad", explican.