12 de septiembre de 2007 / 08:31 PM
El Arzobispo de Manila, Cardenal Gaudencio Rosales, y el Presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de Filipinas, Arzobispo Ángel Lagdameo, coincidieron en que la sentencia de cadena perpetua impuesta este miércoles al ex presidente filipino Joseph Estrada por corrupción es una advertencia para todos los funcionarios públicos.
El veredicto debería ser "un recordatorio constante para las personas electas o designadas para servir un mandato", dijo el Cardenal Rosales, quien añadió que "la moral en esto es 'ser moral'".
El Arzobispo de Manila indicó asimismo que debería respetarse la ley y que el proceso de apelación debería celebrarse "en lugar de resolver el asunto en las calles o en otro sitio".