9 de febrero de 2004 / 04:43 PM
A través del presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia, Cardenal Pedro Rubiano Sáenz, los obispos del país reafirmaron su apoyo a la negociación con los grupos guerrilleros y paramilitares para un posible desarme; pero rechazaron el “olvido” de los crímenes cometidos como un medio para lograr la paz en el país.
El Arzobispo de Bogotá defendió el diálogo como salida al problema de violencia interna que vive Colombia y comprendió que “nadie va a negociar para terminar en la cárcel”; pero recordó por otro lado que el país no puede dejar de “reconocer las faltas cometidas y repararlas adecuadamente”.
“Eso no lo puede aceptar de ninguna manera la sociedad. No podemos perder la memoria”, afirmó el Purpurado.