Iglesia en China no es amenaza para el Estado, afirma Cardenal Zen

La Iglesia en China “no es para nada una amenaza para el Estado”, afirmó el Cardenal Joseph Zen Ze-kiun, Obispo de Hong Kong, durante un foro realizado el pasado sábado en esta capital sobre la situación eclesial en el país asiático.

Según informa la Fundación Cardenal Kung, el auditorio de la Catedral de Westminster estuvo totalmente abarrotado para escuchar al Cardenal Zen, en un foro organizado por Ayuda a la Iglesia que Sufre (AIS). En él, el Purpurado explicó que las relaciones de la Iglesia Católica en Hong Kong y el gobierno chino “son complicadas” y que “el régimen comunista tiene miedo de cualquier contacto existente que no esté bajo su control”.

"Si de verdad entendieran cómo es la Iglesia Católica en el mundo, no tendrían miedo de la Iglesia Católica. La Iglesia en China es una minoría tal, que no deberían por qué tener miedo”, resaltó.

Asimismo, el Cardenal expresó su molestia por la constante supervisión del gobierno sobre las iglesias particulares que no son controladas por obispos sino por laicos que son usados “como instrumentos gubernamentales”. “Eso es una humillación para nuestros obispos”, aseguró y se refirió luego al incidente que privó a los obispos chinos de participar en el Sínodo de 2005.

Para el Purpurado, las dos ordenaciones cismáticas de obispos por parte de la Asociación Patriótica Católica China (controlada por el Gobierno) “no han logrado” generar esa lealtad que buscaba el régimen, ya que los obispos involucrados “no se sienten seguros pues en sus corazones saben que estuvieron mal (las ordenaciones)” y ahora están pidiendo perdón a la Santa Sede.

Sin embargo, el Cardenal Zen también expresó su esperanza por el interés mostrado por el Gobierno para reestablecer sus lazos diplomáticos con la Santa Sede y se refirió positivamente a la invitación de una delegación vaticana a China. "Tenemos que confiar en la divina providencia. Por eso después de más de medio siglo aceptamos lo que pasa porque seguramente es de ella”, indicó.

Al hablar de las lecciones que se debe aprender a partir de esta realidad de la Iglesia en China, el Purpurado chino dijo que “necesitamos ser más generosos y preocuparnos más por la sociedad para que así podamos defender nuestra fe y cultura, para que las personas regresen del secularismo en el que están”. “Hagamos que se den cuenta de que no es posible sin Dios, ya que sin Él no hay amor, solo odio”, agregó.

Finalmente el Cardenal agradeció a AIS por “ayudar no solo financieramente a los que están en necesidad, sino por alentarlos a ser fieles y ayudarnos a ser fieles”.