Los obispos y fieles de todo el país expresaron su solidaridad y cercanía a las familias de los 231 muertos y cientos de heridos que dejó el incendio en la discoteca Kiss en la ciudad de Santa María (Brasil).
El incendio ocurrido la madrugada del domingo fue provocado por una bengala que formaba parte de un espectáculo de fuegos artificiales dentro del recinto. La mayoría de las víctimas eran jóvenes universitarios que no lograron escapar por la única puerta habilitada como entrada y salida. Según las últimas cifras, de los 112 heridos, 79 se encuentran en cuidados intensivos.
Horas después el Presidente de la Conferencia Nacional de Obispos del Brasil, Cardenal Raymundo Damasceno Assis, expresó sus condolencias a través de una nota enviada al Arzobispo de Santa María, Mons. Hélio Adelar Rupert.