Al presidir una Misa por el Día del Trabajo, el Arzobispo Coadjutor de Los Ángeles, Mons. José Gómez, recordó que la Iglesia defiende a los más indefensos porque reconoce la gran dignidad de todas las personas como hijos de Dios.
El Prelado de origen mexicano elevó especiales oraciones por los desempleados, por quienes padecen problemas laborales y por quienes viven en condiciones que no respetan su dignidad.
“Nuestras vidas están abiertas al cielo. A pesar de ser humanos, estamos llamados a compartir la naturaleza divina, a ser trabajadores en el plan de salvación de Dios. Somos hijos queridisimos de Dios”, explicó en su homilía.