La respuesta de la Iglesia Católica, a través de sus diócesis, comunidades y organizaciones, a la tragedia originada por el paso del huracán Katrina en la costa sureste de Estados Unidos, ha sido inmediata y es de gran ayuda para los damnificados.
La Iglesia Católica en el país, especialmente las Iglesias particulares de Louisiana, Mississippi, Florida y East Texas, están respondiendo en muy alto grado a la emergencia y a las necesidades de las víctimas del desastre, al proporcionar refugios, comida, medicinas y educación para los afectados por este desastre natural.
La ayuda proviene de muchas diócesis, organizaciones de caridad católicas, sociedades vicentinas, escuelas católicas, hospitales católicos, parroquias, casas de retiro y familias católicas también. Algunos feligreses también se han involucrado a título personal en el auxilio a los damnificados y han abierto sus hogares para acoger a las víctimas de la tragedia.